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9 de febrero de 2023

Calificación crediticia como herramienta para determinar las garantías exigidas por el PERTE Agro

Perte agroalimentario

Tras detectar algunas dificultades en la primera convocatoria de ayudas del PERTE Agroalimentario, el Gobierno de España ha decidido flexibilizar las garantías exigidas a los proyectos adjudicatarios de fondos de futuros proyectos estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE)

El sector agroalimentario tiene un valor estratégico para la economía española, no solo por su aportación al PIB (10%) y su proyección internacional sino también desde un punto de vista social y medioambiental, ya que provee a la población de bienes esenciales para su subsistencia, como quedó patente en los momentos más difíciles de la pandemia de COVID-19.

El PERTE agroalimentario se concibe como un conjunto de medidas para reforzar la transformación de la cadena de producción y transformación de productos agrarios e impulsar la modernización y digitalización del sector, su crecimiento económico y la cohesión territorial.

Asimismo, contribuirá a la creación de empleo, con medidas que fortalecerán el papel de las mujeres en el sector, y al reto demográfico, dada su importancia en el medio rural.

Para conseguir estos objetivos, el Gobierno presupuestó una inversión pública inicial de 1.000 millones de euros hasta 2023.  Posteriormente se anunciaron otros 800 millones de euros adicionales para la transformación de la industria agroalimentaria y la mejora de la gestión del agua y la modernización de los regadíos.

El PERTE Agroalimentario es el primero en flexibilizar las garantías exigidas para acceder a sus ayudas, solventando así algunos de los inconvenientes con que se encontraban las empresas . Las garantías se exigen según la “calificación financiera” de la entidad beneficiaria, utilizando una metodología propia para diferenciar entre una calificación Satisfactoria, Buena o Excelente, lo que determina el porcentaje de la garantía exigida.

REALIDAD DEL PERTE AGROALIMENTARIO

No obstante, esta metodología exclusivamente cuantitativa muestra  una capacidad de discriminación muy baja, en particular en empresas de tamaño mediano. Por un lado, por la antigüedad de la información y por otro, porque los datos exigidos de estados financieros no reflejan con exhaustividad la realidad empresarial. Por lo tanto,  podríamos encontrarnos en un escenario de elevado porcentaje de falsos positivos y negativos.

Los scoring automáticos identifican bien los malos sujetos de riesgo, pero no tienen capacidad de discriminación a partir de la nota CCC. Existe, pues, la posibilidad de que este sistema de reglas deje pasar falsos positivos y falsos negativos, y se convierta en un factor desincentivador para las mejores empresas.

Además, la convocatoria del PERTE Agroalimentario prevé que se puedan utilizar datos de 2020 para calcular la Calificación financiera. En 2023, esta información estará desactualizada y, por tanto, probablemente no refleje el estado contable de las empresas.

Claramente la calificación crediticia, que incluye aspectos cualitativos de la realidad empresarial (modelo de negocio, gobierno corporativo, entorno económico,…) y criterio experto de analistas tiene mejor capacidad de discriminación y predicción. Es la herramienta adecuada para distinguir entre “satisfactorio” “bueno” o “excelente” (como se define en Perte Agro).

La calificación crediticia es la herramienta de fijación del precio del riesgo en nuestro sistema financiero.. y en la mayor parte de los últimos programas de financiación pública a empresas en España (Sepides, Cofides, IVF,..) y en Europa (FEI, Francia,..).

 

La calificación crediticia como herramienta para determinar la calificación financiera

La calificación crediticia es desde hace 50 años el estándar en el mercado de capitales para determinar la viabilidad económica de una empresa y fijar el precio en relación con el riesgo de crédito. Por lo tanto, debería ser la herramienta para determinar el nivel de garantías exigidas en el PRTR en función del nivel de calificación obtenido y sobre todo actualmente con la existencia Agencias de Calificación Crediticias especializadas en PYMES y empresas medianas.

La calificación es una actividad regulada y supervisados por la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por su sigla en inglés). La regulación busca asegurar la independencia de la Agencia que emite la calificación y la calidad metodológica de la misma. Para emitir una calificación sobre una empresa se realiza un análisis cuantitativo y cualitativo de la realidad empresarial (caracterización de modelo de negocio, calidad de negocio, gobernanza, calidad del accionariado, ESG, etc.). Sus conclusiones se entregan en un informe cualitativo con un escalón de calificación (AAA, AA, A, BBB, BB,.), que refleja la probabilidad de hacer frente a sus obligaciones financieras, y una narrativa de explicación.

El coste del riesgo en un año según escalón de calificación varía de un 0.001% de una compañía calificada con una AAA a un 51,70% de una calificación C.

Raül Blanco Díaz (ex Secretario General de Industria y PYME) considera que “Cada vez vemos más desde el ámbito de lo público empresas con inversiones en nuevas líneas de negocio, para el sector público es un reto la concesión de subvenciones por lo que contar con elementos externos que nos den garantías de que detrás hay una solvencia, una capacidad de inversión y por tanto sus instrumentos de financiación, de subvención… pueden ser eficaces. Por eso es importante que el rating intervenga y nos de esa señal.”

Legitimidad de la calificación crediticia

La calificación crediticia en programas de financiación pública aporta:

  • Mayor transparencia y objetividad en un proceso de financiación público asegurando la igualdad de trato para todas las empresas solicitantes y el respeto de la condición de “viabilidad económica” exigido por Europa.
  • Mayor eficacia y eficiencia en la función de análisis interno al liberar recursos públicos y recibir un informe altamente cualitativo.

 

INBONIS Rating ha realizado calificaciones crediticias a más de 20 empresas del sector agroalimentario. El 50% de las empresas que revisaron su rating en el 2022 mejoraron su calificación en un escalón, lo que supone mejorar por cuatro su calidad crediticia lo que facilitará su acceso a los procesos de financiación.

Oportunidades de financiación pública más allá de los Perte

INBONIS Rating es la primera agencia de calificación crediticia especializada en pymes y mid-caps registrada y supervisada por la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA).En Europa, solo la agencias de rating acreditadas por ESMA pueden emitir ratings. Esta acreditación permite a la agencia emitir notas de rating sobre pymes y mid-caps de cualquier sector dentro de la Unión Europea.